Economía actual

Creciente disminución de los fondos de la Unión Europea 

Las aportaciones de capital de la UE, que contribuyeron significativamente al fortalecimiento económico español desde la incorporación a la CEE, decrecen considerablemente en los últimos años, debido a la estandarización económica respecto a los demás países y a los efectos de la ampliación de la Unión. Por una parte, los fondos agrícolas de la Política agrícola común de la Unión Europea (PAC) se reparten entre más países (los países incorporados del este de Europa tienen un sector agrícola significativo), por otra, los fondos de cohesión y estructurales han disminuido inevitablemente debido al éxito económico español (ya que su renta ha progresado fuertemente en términos absolutos) y en razón que la incorporación de países de menor desarrollo hace disminuir la media de renta per cápita (o PIB per cápita), de modo tal que regiones españolas de menor desarrollo relativo han pasado a estar en la media europea o incluso encima de ella. España progresivamente pasa a ser aportante neto de fondos para las regiones menos avanzadas de la Unión.

Debilidades de la economía española

El modelo económico español viene arrastrando desde hace años una productividad baja en comparación con las economías más avanzadas del mundo y por tanto una competitividad global disminuida, tal como se ha reconocido en el Programa Nacional de Reformas.
Las causas son variopintas, pero se pueden destacar factores como un sector de la construcción con un peso excesivo sobre el PIB (se trata de un sector de baja productividad y capacidad de innovación), una tendencia histórica a suplir la inversión en capital con bajos costes laborales (inmigración, precariedad laboral, etc.), poca relación entre la universidad y la empresa y una todavía insuficiente tasa de inversión de I+D+i.

La actual crisis económica está forzando una corrección progresiva de estos problemas, desde los mismos agentes económicos más que desde una actitud gubernamental. Así la brusca disminución de la actividad en el sector de la construcción residencial y los ajustes de plantilla en muchas empresas, están obligando a un aumento de las tasas de productividad especialmente en medianas y pequeñas empresas y a una apremiante exigencia de mayor inversión en I+D+i como medio de sobrevivencia en los mercados globales.

Fortalezas de la economía española

No obstante la crisis también ha evidenciado algunas de las fortalezas de la economía española como lo es un sector financiero robusto que en general ha mostrado una solidez notable en el contexto de la crisis subprime, así como la expansión de las empresas españolas en todo el mundo, especialmente en América Latina y Asia.

Por otra parte España, a pesar de una posición general deficiente en materia de I+D+i, cuenta con una importante posición en algunos terrenos de innovación concretos como pueden ser las energías renovables, la bio-tecnología, el transporte y las pequeñas y medianas industrias tecnológicas, que deberán consolidarse como fortalezas sobre las cuales establecer la recuperación de la crisis y modificar las bases del modelo económico.